A continuación, se muestra mi valoración sobre las siete propuestas del profesor para mejorar el sistema educativo español.
1. Un gran pacto educativo: en muchas ocasiones los sistemas más influyentes sobre la sociedad evolucionan de una manera lenta y nunca se consigue nada con pequeñas modificaciones, que al fin y al cabo acaban siendo parches que en lugar de implementar el mismo lo hace más caótico e ilógico. Con el sistema educativo nos encontramos en esa situación, ninguna modificación del mismo surtirá efecto de una manera rápida por lo que con el sistema político español (elecciones cada 4 años), si se aplican estas modificaciones con consenso amplio, antes de comprobar el efecto de esas implementaciones, el sistema se habrá cambiado a merced del gobernante de turno, sin un gran pacto de estado, que incluya a todos los políticos, nunca se conseguirá un sistema sólido que de verdad de frutos a lo largo del tiempo (varias legislaturas).
2. Mejorar la motivación: Todos hemos tenido días buenos y menos buenos, pero el acudir a los centros formativos desmotivado genera un bloqueo mental tal que por mucho esfuerzo que se ponga, no se conseguirá obtener un rendimiento mínimo. Por ello es muy importante mantener la atención, interés y motivación del alumnado en todas las actividades docentes para que se puedan desarrollar en plenitud y puedan aprender divirtiéndose.
3. Familias más presentes: En muchos hogares se aplica una similitud entre la escuela para los niños con el trabajo para los padres, y que el desarrollo del estudiante en el hogar es diferente al que tiene que tener en el aula, pero complementando el desarrollo del alumno tanto desde el lado escolar como familiar, se consiguen sinergias altamente eficientes que ayudan al desarrollo como persona para una sociedad más justa y equitativa del estudiante.
4. Mayor inversión: Siempre se dice que la educación es la mejor inversión para el futuro, pero no se puede invertir en algo mientras se recorta (de forma global). Lo que sí que es interesante es la redistribución de gastos. Existen muchas metodologías en la industria para el ahorro de costes, y el aumento de rendimiento, sería muy relevante reanalizar las partidas presupuestarias para dotar al sistema de formaciones que doten a la sociedad de una capacidad más alta de adaptación al mundo laboral. Siempre es importante aumentar la inversión, pero una eficiente redistribución de gastos, podría significar un rendimiento mayor sin alto sobrecoste.
5. Mejorar la formación social del profesorado: en un mundo idílico todos los profesores deberían recibir unas formaciones en el ámbito social, pero antes de llegar a ese punto se debería establecer un plan de adaptación con expertos que trabajen de forma dedicada en cada centro, tanto con el alumnado como dando apoyo al docente, y conforme se vayan pasando etapas formar de una forma efectiva (no con formaciones puntuales) al profesorado. Evidentemente, si los profesores además de ser docentes expertos en sus materias, tienen unas competencias sociales elevadas deberían recibir una compensación económica justa.
6. Cultura del esfuerzo: Desde mi punto de vista, la cultura del esfuerzo es un motor que ayuda enormemente al desarrollo de una sociedad, ya que consigue que siempre se pueda mejorar el resultado final y por tanto aumentar el rendimiento (continuous improvement), pero se corre el riesgo de dejar atrás a los más rezagados, o que no sienten motivación por la superación, por lo tanto, como en casi todo en la vida, en el término medio está la virtud, incentivar a los que más se esfuercen aunque el resultado no sea el esperado puede interesante.
7. Orientar mejor hacia el empleo: Muchos de nosotros nos hemos encontrado en la disyuntiva de no saber qué hacer para conseguir un mejor futuro laboral, y el enfoque eminentemente teórico del sistema educativo es una de las principales causas, involucrar a la empresa privada en los últimos niveles formativos ayudaría a conocer qué demanda el mercado y aumentar la capacidad de formación en esos campos, consiguiendo mayor integración laboral entre los jóvenes españoles.
